Mario Iván Martínez

Actor, músico y cuenta - cuentos

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Prensa

13 de Diciembre del 2006

CUENTOS IOSIDEM NOCHE DE NIÑOS

"El Maestro Mario Iván Martínez dio muestra natural de talento dentro de escena dirigida al público infantil"
Ernesto M. Vargas

La Voz de Michoacán

La naturalidad escénica que Mario Iván Martínez prodigó durante la narración de los cuentos sinfónicos “Tubby la Tuba” y “Pedro y el Lobo” fue bien recompensada por el público asistente al Teatro Ocampo durante la primera presentación de la breve temporada en que el actor compartirá escenario con la Orquesta Sinfónica de Michoacán (Osidem).

Segundo concierto de pretemporada que la agrupación dedica al público infantil, esta tuvo como finalidad el acercamiento de dicho sector de la población al repertorio clásico y por tanto crear a la postre nuevos públicos para ese género.

Presentación en la que la Osidem compartió escenario con el “cuentacuentos” Mario Iván Martínez, en esta quedó de manifiesto la bondad de fórmulas bien pensadas, dedicadas al público infantil, el que agradeció la naturalidad del manejo escénico del actor, naturalidad que no se limitó al movimiento sino que se amplió al uso lenguaje, por cierto nada consecuente con términos temporales o regionales.

Pausada, bien acentuada, matizada y puntual con las emisiones orquestales, la lectura de Martínez condujo gratamente a los asistentes a conocer dos de las obras sinfónicas más importantes de las escritas para niños, siendo la primera de ellas “Tubby la Tuba”, de Georges Kleisinger, historia que se refiere al instrumento que emite las notas graves de la familia de alientos de metal.

Paso a la actuación solista de Javier Pérez, este cuento, dirigido especialmente a niños de entre 5 y 12 años, en su verosimilitud y ternura es toda una lección de música.  Tubby, triste por no poder interpretar los papeles de más lucimiento que sus compañeros de la orquesta tienen en el concierto, a causa de su ronca voz, se va a la orilla de un charco desde donde contempla la luna.

Inesperadamente  un sapo salta del agua a su lado y con su croar demuestra lo bella que puede ser una canción con esos tonos graves.  Tubby regresa a la orquesta con esa tonada sapina y alcanza el éxito.

Más tarde y en la segunda parte del espectáculo, Mario Iván y Orquesta difundieron la historia “Pedro y el Lobo”, de Sergey Prokolfiev.  Esta obra es una muestra de la magistral habilidad del compositor para “hacer ver a otros” personalidades en forma de sonidos, es decir, de sonidos de los instrumentos. 

Según Harlow Robinson, “… la elección de instrumentos para presentar a cada personaje: el quinteto de cuerdas para Pedro, la flauta para el pájaro, el oboe para el pato, el clarinete para el gato, el fagot para el abuelo, los metales para el lobo y la masa de la orquesta representando a los cazadores, no es azarosa sino justamente exacta.

Síntesis de la existencia humana del riesgo y del logro, la plena sensibilidad y la sabiduría, Pedro y el Lobo, según el manejo del cuentacuentos fue casi un espectáculo didáctico, el que por ciento requirió de mínimos elementos escenográficos.

Espontánea la ovación fue dirigida sobre todo al ejercicio de Mario Iván Martínez.