Comunicado de prensa
17 de julio del 2006
¿Conoces a Wolfi?
Cuento musical sobre la infancia de Wolfgang Amadeus Mozart
Al cumplirse 250 años del natalicio de Wolfgang Amadeus Mozart, el actor y cantante Mario Iván Martínez pretende celebrar con los jóvenes la gigantesca personalidad del genio de Salzburgo a través de un sencillo relato que subraya los dones del más célebre niño prodigio de la historia.
En su segunda colaboración discográfica, Mario Iván y el extraordinario pianista mexicano Alberto Cruzprieto hilvanan con esmero y meticulosidad la música de Mozart con una historia original. Esta colaboración resulta en una propuesta integral, congruente y divertida que enfatiza la riqueza de la obra Mozartiana así como los aspectos más novelescos de la vida de este compositor, por demás extraordinario.
En ¿Conoces a Wolfi? nos vamos de gira con el pequeño músico y su familia a través de la Europa del siglo XVIII. Visitamos los salones de la emperatriz María Teresa en donde el pequeño y travieso Wolfgang además de ser aclamado por su talento como concertista y compositor, conoce el famoso reloj del palacio, juega con la princesita María Antonieta y es el centro de múltiples aventuras.
Esperamos que ¿Conoces a Wolfi? sea un buen punto de partida, para que con gozo e interés, el pequeño melómano se familiarice con la vida y obra de uno de los más grandes genios de la música universal.
Datos al curioso lector
¿Quién fue Mozart?
Nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo (Austria) y lo bautizaron con el nombre de Johannes Chrysostomus Wolfgang Amadeus Mozart, ¡pero de cariño le decían Wolfi o Wolferl! Estudió con Leopoldo Mozart, su padre, conocido violinista y compositor, quien trabajaba para el príncipe arzobispo de Salzburgo.
A los seis años Wolfgang era ya un consumado intérprete de instrumentos de teclado y un eficaz violinista, a la vez que hacía gala de extraordinaria capacidad para la improvisación y la lectura de partituras. Todavía hoy, se interpretan cinco pequeñas piezas para piano que compuso a esa edad. Anna la hermanita mayor de Mozart, era conocida como Nannerl y era también un excelente músico.
En 1762 Leopoldo llevó a sus hijos de gira por las cortes de Europa. Durante este período, el niño prodigio compuso obras tanto para clave como para violín, una sinfonía y hasta una ópera.
En 1769 fue puesto a cargo de la música en el arzobispado de Salzburgo y el Papa le hizo Caballero de la Orden de la Espuela Dorada. Ese mismo año compuso Bastián y Bastiana , su primer Singspiel (un tipo de ópera alemana con partes habladas).
En 1771 volvió a Salzburgo. Su cargo en la ciudad no era bien pagado, pero le permitió componer un gran número de obras importantes durante seis años.
En 1777 Mozart obtuvo permiso para efectuar una gira de conciertos y llevó a su madre consigo. Sin embargo ella murió en Paris en 1778. Asimismo, el desprecio de los aristócratas para quienes trabajaba, causaron que éste fuera un período triste en su vida.
De regreso en Salzburgo, Mozart compuso dos misas y un buen número de sonatas, óperas, sinfonías y conciertos. Estas obras revelan un estilo propio y una madurez musical extraordinaria.
Aunque Amadeus era querido por aquellos cercanos a él, también hizo muchos enemigos, pues mostraba su desdén con los que perseguían una carrera en la música sin preparación o talento. Admiraba al compositor Franz Joseph Haydn y se deleitaba en manifestarlo. Sin embargo los mediocres eran duramente criticados por Mozart y esto no facilitó las cosas en su carrera.
En 1782 se casó con Constanza Weber. Desafortunadamente los Mozart no eran una pareja muy organizada y juntos vivieron acosados por las deudas hasta la muerte del compositor. Sus óperas Las Bodas de Fígaro (1786) y Don Giovanni (1787), no fueron bien recibidas en Viena.
Tal vez Mozart hubiese tenido más éxito económico de haber escrito lo que siempre agrada al público, pero él prefirió seguir la voz de su inspiración y en consecuencia su obra resultó demasiado avanzada para su tiempo.
Cierto músico aficionado y tramposo, el conde Franz Walsegg-Stuppach, encargó a Mozart a través de un emisario anónimo, la música para un réquiem, o misa de difuntos, con el propósito de hacerla pasar por su propia composición. Durante esta época, Wolfgang cayó enfermo. Tiempo después, el Réquiem, inconcluso por la propia muerte de Mozart, fue terminado por su alumno Franz Süssmayr.
Mozart falleció en Viena el 5 de diciembre de 1791, se cree que por una dolencia renal. La leyenda por la que el compositor italiano Antonio Salieri pudo haberle asesinado, carece de todo fundamento. Sólo unos pocos amigos fueron a su entierro. Tristemente no sabemos donde descansan los restos del genio de Salzburgo. Se dice que tuvo que ser enterrado en una fosa común.
Actualmente la admiración que su música despierta después de haber transcurrido dos siglos y medio, constituye la gloria más alta a la que podría haber aspirado el genio de Wolfgang Amadeus Mozart, ¿no crees?.