Prensa
Revista Proceso
Junio 2011.
Música en la Obra y el Tiempo de Shakespeare es el título del asombroso espectáculo que Mario Iván Martínez ofreció acompañado al laúd por el maestro Antonio Corona. En mayo de 2003 este par de músicos notables grabaron en la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM el disco compacto que contiene esta música. Al escucharlo nos quedamos con la rara sensación de haber apreciado algo muy cercano a la perfección: el estilo, así como la pronunciación del inglés británico antiguo, la musicalidad, afinación, el laúd todos los más mínimos detalles están cuidados al extremo. El resultado es una grabación muy difícil de superar, del más alto nivel internacional.
Ahora, ocho años después, se presentan en el Centro Cultural Helénico con esas mismas piezas pero más maduras, entendidas y asentadas, y ahora escenificadas. Mario Iván intercala fragmentos de obras de Shakespeare en nuestro idioma y explica, actúa, escenifica y llega al alarde de interpretar un diálogo entre Romeo y Julieta.
En el estuche de piedra gótica que es la Capilla del Helénico, nos transportamos a la época Isabelina a través de las canciones que el propio Shakespeare incluyó en obras suyas como Otelo, Hamlet, Romeo y Julieta, Noche de epifanía, Las alegres comadres de Windsor.
Los textos elegidos por Mario Iván sirven de cohesión entre las piezas musicales. El actor y cantante interpreta lo mismo a Desdémona que canta la canción del sauce The Willow Song o el inmortal Greensleves. A ratos el maestro laudista nos entrega algún solo del siglo XVI surgido del libro de laúd de John Dowland. Abre el actor su baúl, extrae de ahí una gorra o una peluca, y ya se convierte en otro personaje como el malvado Yago, que busca inculpar a Casio en una borrachera.
Su voz no es precisamente la de contratenor, es un tenor ligero que al subir al registro agudo pasa magistralmente a la voz de cabeza o falsete como lo hacía Antonio Molina, aquel genial intérprete de flamenco.
Mario Iván Martínez, un singular y refinado artista.
Revista PROCESO / Mauricio Rábago Palafox / 2 de julio de 2011