Prensa
Sábado 23 de febrero de 2008
UNO MAS UNO - El Cri Cri de Mario Iván
Mario Iván Martínez es, sin duda, uno de los actores más completos que tenemos; formado en la rigurosa escuela inglesa tuve el placer de trabajar con él cuando, recién egresado de la vieja Albión, aceptó trabajar en la pequeña obra Mozart y Salieri de Pushkin cuando, con dos pesos organicé el Primer Festival de Teatro y Música de la Ciudad de México, que antecedió en varios años al denominado Gran Festival Ciudad de México que sí contó con todo el dinero del mundo. Recién desempacado, como es natural, Mario Iván no contaba con el justo reconocimiento y fama de que ahora goza pero, si dejaba ver ya claramente su calidad de actor.
El recuerdo me llega mientras contemplo su espectáculo Descubriendo a Cri Cri que todos los domingos, hasta marzo, está presentando en el Polyforum Cultural Siqueiros y que, como su nombre indica, es un espectáculo dedicado al gran Francisco Gabilondo Soler, creador de El Grillito Cantor y quien el año pasado cumpliera sus primeros cien años de nacido.
De aquel Mozart y Salieri al Cri Cri de hoy mucha y muy fructífera agua ha pasado bajo los puentes de la creatividad de este actor que, entre otras imágenes, dejara un recuerdo imborrable con su Dr. Brown de la película Como Agua para Chocolate, a más de presentarse en calidad de narrador-conductor en programas especiales con algunas de nuestras principales orquestas sinfónicas y es que, como anotaba al principio, Mario Iván es de lo más completo que tenemos y así, aparte de su formación actoral posee una sólida formación musical lo que le permite incursionar con éxito en diversas disciplinas (es un estupendo contra tenor, cosa que no todos saben), y combinar esas disciplinas para crear espectáculos destinados a temas o personajes específicos, tal el caso que ahora nos ocupa.
Es así como desde hace unos tres años ideó la serie de presentaciones que llamó “Un Rato para Imaginar” que, amplia como su nombre sugiere puesto que de imaginar se trata, le permite bordar sobre muy diversos tópicos tales, “¿Conoces a Wolfi? Que, obviamente, está destinado a dar a conocer parte de la vida y obra del Divino Wolfgang Amadeus Mozart, el más grande genio musical que haya conocido la humanidad y, en un terreno muy distinto, “La leyenda de los volcanes” que nos habla de nuestras tradiciones y raíces.
Así, en ocasión inmejorable del centenario del inmortal creador del grillito cantor, lo pertinente y obvio era dedicarse a Cri Cri y el resultado es el que motiva estas líneas.
Aquí está Mario Iván en su calidad de cuentacuentos, una especialidad que no todos los actores desarrollan porque, una cosa es la actuación propiamente dicha y otra la capacidad de contar un cuento es decir, trasmitir su esencia y hacer sentir las emociones de cada pasaje de manera tal que el escucha auténticamente “viva” las peripecias del cuento.
Por esto afirmo que la de cuentacuentos es una especialidad que, como tal, hay que aprender, elaborar, construir, y no es cuestión de simplemente “aventarse” porque se tenga la formación de actor.
Y aquí estamos pues, frente a un excelente cuentacuentos que no solo sabe narrar, crear las atmósferas precisas con su desenvolvimiento escénico, sino que sabe armar un espectáculo en el que sin una parafernalia mayor aunque sin escatimar nada de lo necesario, se llena la escena de color, luz y alegría.
Y eso es “Descubriendo a Cri Cri”, un espectáculo de enorme dinamismo, plenamente lúdico, pletórico de colorido, en el que el narrador-personajes-actor-cuentacuentos-cantante-músico y hasta bailarín y medio mago va desgranando las hermosas canciones-historias de Cri Cri que siguen haciendo las delicias de los chicos y otros no tan chicos, y también de nosotros que ya de eso no tenemos nada y a los que, hay que admitirlo, tales canciones nos conducen a la nostalgia pero, ya sabemos, la nostalgia no es grave sino un sentimiento dulce como el grato sabor de boca que una cucharada de miel nos deja en los labios pero que… ya pasó, ya nos la tomamos.
Participativo total, “Descubriendo a Cri Cri” involucra a la gente que entusiasmada se presta y une al juego con lo que aquello se convierte en un jolgorio no apto para amargados o “serios y formales” pero si propio, bueno, más que eso, apropiadísimo, para chavos (de cualquier edad de los 3 hasta los 90 años, por ejemplo, alivianados que quieran revivir su visión de cómo la patita se en…britaba porque el chorrito sus chapitas le despintó, o el no menor enojo de la olla por tener un vecino tan poco aristocrático como el comal, o bien soltar una furtiva lágrima (Donizetti dixit), al recordar las penurias de la pobre muñeca fea o, quizás, reafirmar sentimientos proletarios al recordar a quien proviene de “un barrio pobre y trabajador” o, más sencillamente todavía, quizás, tan solo recordar la vocal que se parece a la cuerda con que siempre saltas tú.
Y así, saltando, corriendo, bailando, contando, cantando, narrando Mario Iván Martínez va si no (para muchos) descubriendo a Cri Cri, sí seguramente recordándonoslo, haciendo (he aquí la magia) que se nos aparezca de nuevo y nos lleve allá a esos mundos que no son ignotos pero que si hemos perdido por, muchas veces, haber perdido nuestra capacidad de juego, nuestra capacidad de soñar, de imaginar.
Y ese -más allá de los puramente artísticos que son muchos-, es el mérito principal de “Un rato para imaginar” y este Cri Cri que nos devuelve a ese mundo maravilloso de riqueza infinita que es nuestra capacidad de imaginar.
“Descubriendo a Cri Cri" se presenta en el Polyforum Cultural Sequeiros (Insurgentes y Filadelfia), únicamente los domingos a la 1 de la tarde y permanecerá en cartelera solamente hasta el próximo marzo.
Por Raúl Díaz