Currículum Niños Versión 2
Mario Iván Martínez, el actor que hoy será tu cuentacuentos, empezó a hacer teatro desde los nueve años. Lo llamaron para interpretar a Pedro en la obra Pedro y el Lobo y su corazoncito latía de felicidad. Nada deseaba más que subirse a un escenario. Era un niño muy pecoso, rubio y algo llenito y se veía muy bien como ruso, aunque siempre tenía miedo de que se le reventara el pantalón a la mitad de la obra, pues le habían dado uno que le quedaba chico.
Lo único que a Mario Iván le disgustaba de actuar en Pedro y el Lobo es que el actor que interpretaba a su abuelo le debía de regañar muy de cerca y resulta que este señor tenía los dientes verdes y ¡un aliento espantoso! Tampoco era muy simpático que digamos. Así que el pequeño Mario se aguantaba la respiración durante todo el regaño poniéndose casi morado cuando el abuelo decidía interpretar su texto muy pausado.
El gato le tocaba hacerlo a Kenya Gascón, una niñita esbelta y muy bonita que estudiaba ballet y se veía muy bien en sus mallas negras. Sin embargo en los días de mucho calor, Kenya se quitaba la cabeza de felino a la mitad de la obra y se ponía a platicar con los niños olvidándose de maullar. A Mario eso le molestaba mucho, pues pensaba que se rompía la magia y la ilusión del teatro. Ahora recuerda la anécdota con ternura y cariño.
Irónicamente el más divertido y bueno de todos era el actor que hacía del lobo. Antes o después de la función, llevaba a todos los niños a comprar dulces y refrescos, jugaba con ellos a las carreritas o los cargaba de caballito. Pero sobre todo Toño, como se llamaba este joven y sonriente actor, les ayudaba a mejorar sus personajes y les contaba cuentos mágicos y maravillosos que les hacían soñar. Era sólo en la ficción al ponerse su pesado traje, que este joven inolvidable y juguetón se convertía en el feroz y temible lobo gris.
Hoy, muchos años después, a Mario Iván nada le hace más feliz, que compartir un cuento contigo.
En el 2005 la respetada Asociación Mexicana de Críticos de Teatro AMCT, otorgó a Un Rato para Imaginar®, cuentos con Mario Iván Martínez, el premio al mejor espectáculo infantil del 2004.