Mario Iván Martínez

Actor, músico y cuenta - cuentos

Recitales poético musicales

Una tarde en la Inglaterra isabelina.

José Miguel Arroyo.

Hablar de William Shakespeare es hablar del punto cumbre de las letras inglesas. Ello ocurrió en el siglo XVI (mismo que coincide con el auge y genio de la literatura hispánica en Miguel de Cervantes) y bajo el reinado de Isabel I, la Reina Virgen. Si bien este periodo es recordado en la historia por la pugna europea entre católicos y protestantes, también lo es precisamente por la manera en como el teatro inglés se posicionaría como la máxima expresión del arte anglosajón. Podemos encontrar nombres inmortales como Christopher Marlowe y más tardíamente (a inicios del siglo XVII) a John Webster, pero es sin lugar a duda William Shakespeare quien surge con potencia para formar parte del reservado firmamento de los grandes clásicos. La obra de Shakespeare es quizá la más difundida en el ámbito teatral a nivel mundial incluso en nuestros días, todos conocemos por lo menos la trama de Romeo y Julieta, escuchamos constantes referencias hasta en la cultura pop sobre Hamlet y no nos resulta poco común haber oído nombrar al menos obras como El rey Lear, Macbeth, Otelo, El sueño de una noche de verano, El mercader de Venecia o Como gustéis. No obstante, quizá encontramos más extrañeza si nos llegamos a cuestionar acerca de la música en el periodo isabelino, posiblemente tendríamos dificultad hasta en dar alguna referencia en las formas musicales características en la Inglaterra de entonces. Esa situación está relacionada quizá con el mismo auge de la dramaturgia inglesa que terminó por opacar otro tipo de expresiones. Así, resultaría sencillo imaginar la obra de Shakespeare alejada plenamente de cualquier vestigio musical, pero una prueba en contrario podemos encontrarla incluso en el México del siglo XXI.

Música en la obra y el tiempo de Shakespeare, se presenta en La Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico con el actor y cantante de música antigua Mario Iván Martínez (merecedor al Ariel por su actuación en Como agua para chocolate), el laudista Antonio Corona y bajo la dirección de Margarita Isabel. El objetivo simplemente es mostrar al público mexicano un programa de canciones escritas para laúd y voz características del periodo isabelino y que Shakespeare decidió incluir en obras como Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo, La noche de Epifanía y Las alegres comadres de Windsor. Así también, se incluyen fragmentos escénicos a cargo de Martínez correspondientes a La fierecilla domada, La noche de Epifanía y Romeo y Julieta. Todo el repertorio es cantado en el inglés original con la intención de conservar la pureza total de cada interpretación, además de contar con obras exclusivas para el laúd en las que es posible apreciar la destreza del maestro Corona.

La Capilla Gótica cuenta con los elementos necesarios para transportar al público desde el simple momento en que toma asiento. Traída piedra por piedra de un monasterio español, el foro cuenta con pinturas de corte religioso y un escenario adornado por bellos arcos de piedra que generan una ilusión que por sí sola hace valer el boleto de entrada. La sugerencia de un programa en el que se toca un instrumento antiguo mezclado con interpretaciones shakesperianas podrían hacer pensar en la posibilidad de un espectáculo destinado a un público compuesto exclusivamente de expertos e intelectuales, pero la realidad es que la ingeniosa propuesta hace de Música en la obra y el tiempo de Shakespeare un recital potente, ilustrativo y apto para un auditorio familiar. Ello tiene que ver con la mezcla de talento que se aprecia en escena. Para empezar Mario Iván Martínez hace uso de las habilidades pertenecientes a otra de sus facetas, la de cuenta-cuentos, el joven y talentoso actor mexicano genera desde el inicio un ambiente cálido. Se vale de todos los recursos posibles (incluyendo la simpática interacción con el maestro Corona) para llevar a la audiencia de la mano por una travesía de hora y media en donde roza momentos de una pura y auténtica gracia, que generan risas no forzadas, hasta aquellos de una profunda y sincera emotividad. La preparación musical de Martínez mezclada con el virtuosismo de Antonio Corona nos transmite el sentimentalismo diverso de cada una de las canciones, la mayoría de las cuales pertenecen al genio del compositor inglés John Dowland (1563-1626). Mario Iván Martínez además lleva a cabo una importante fusión de los versos extraídos de las obras shakesperianas con partes que, sin salirse del rol, en español buscan hacer trascender determinadas ideas con el fin de contextualizar. Por momentos Corona abandona el escenario y es entonces que Martínez recrea diálogos shakesperianos haciendo uso de su talento al interpretar dos papeles al mismo tiempo (un simple ejemplo es la famosa escena del balcón de Romeo y Julieta en donde el actor hace valer su calidad dando vida a ambos personajes gracias a sus dones), además de estar en una constante interacción con el público, al pasar del escenario al corredor indistintamente, creando esa sensación tan importante, de la que muchas veces se vale el teatro contemporáneo, que quiebra los espacios clásicos que separan al actor de su particular monstruo de mil cabezas.

Este inigualable recital devuelve la confianza para asistir a ese tipo de experimentos escénicos en que se combina el talento y las propuestas propias de nuestra era contemporánea con las obras más grandes escritas. No obstante, hay que decirlo, resulta lamentable que esta puesta en escena tenga una temporada reducida a los cuatro sábados del mes de marzo. Es necesario difundir y apoyar este tipo de actividades que nos siguen demostrando porque en los tiempos en que reinan las comunicaciones y las nuevas tecnologías el arte no sólo tiene mucho que decir, sino también conserva ese poder tremendo para que podamos echar un vistazo al mundo desde una ventana diversa, la perspectiva que, aunque parece olvidada en estos días, es la que nos sigue y nos seguirá acercando cada vez más a ese reencuentro con nuestra condición humana.

Marzo, 2011

Música en la obra y el tiempo de Shakespeare

Mario Iván Martínez, Actor y cantante
Antonio Corona, laúd

El rasgo sobresaliente de la obra de Shakespeare es sin duda el constituido por la riqueza, variedad y complejidad de sus efectos dramáticos. Ayudado por un innato sentido musical, enseñó a sus contemporáneos la forma de hablar en verso y de incorporar la música a una obra teatral. El lenguaje de sus personajes otorgó al escenario de la época otra característica definida: su condición de espectáculo popular, accesible a todos los públicos.

Música en la obra y el tiempo de Shakespeare recoge el alma sonora de la época isabelina a través de un medio sumamente adecuado: la obra lírica del bardo inglés. Aquí el actor y cantante Mario Iván Martínez une esfuerzos con el laudista Antonio Corona, para crear un programa de canciones escritas en el renacimiento y que Shakespeare incluyera en obras como Romeo y Julieta, Otelo, Hamlet, La noche de Epifanía y Las alegres comadres de Windsor. Todas las piezas son interpretadas en inglés para conservar la musicalidad de los textos originales. Asimismo el programa contempla composiciones de John Dowland, 1563-1623, el músico más grande de aquel tiempo y temas de la tradición popular. Por otra parte traducciones alusivas y la escenificación de algunos de sus más célebres textos arrojan luz y cohesión a las piezas musicales.

Shakespeare y su teatro fueron en gran medida el alma de su época, por eso su obra continúa vigente y sus letras habrán de seguir inspirando a compositores de todos los tiempos.

Música en la Obra y el tiempo de Shakespeare recoge el alma sonora de la época isabelina a través de un medio sumamente adecuado: la obra lírica del bardo inglés. Aquí el actor y cantante Mario Iván Martínez une esfuerzos con el laudista Antonio Corona, para crear un programa de canciones escritas en el renacimiento y que Shakespeare incluyera en obras como Romeo y Julieta, Otelo, Hamlet, La Noche de Epifanía y Las Alegres Comadres de Windsor. Todas las piezas son interpretadas en inglés para conservar la musicalidad de los textos originales. Asimismo el programa contempla composiciones de John Dowland, 1563-1623, el músico más grande de aquel tiempo y temas de la tradición popular. Por otra parte traducciones alusivas y la escenificación de algunos de sus más célebres textos arrojan luz y cohesión a las piezas musicales.

Shakespeare y su teatro fueron en gran medida el alma de su época, por eso su obra continúa vigente y sus letras habrán de seguir inspirando a compositores de todos los tiempos.

Lo que se ha dicho…

"Lo primero que quiero resaltar en este programa es la manera tan cuidada, tan inteligentemente elaborada, como han sido ordenadas las piezas del programa, que combinan no sólo lo vocal con lo puramente instrumental, sino también el carácter de las piezas, su sentido dramático, tierno, humorístico o simplemente poético logrando fluidez, variedad, agilidad y atrapando la atención del espectador/oyente en todo momento. Gran cosa armar un repertorio sin baches, sin puntos muertos, sin que decaiga el interés artístico, sin dar lugar a la monotonía…. "

"El otro aspecto digno de destacar es el interpretativo. Mario Iván Martínez es, no sólo un actor profesional, sino también un cantante comprometido con la difusión de la música antigua. Y en este programa está como pez en el agua. Dice sus textos con la propiedad de un actor maduro, que sopesa la expresividad de cada frase y encuentra para ellas el tono justo, dándole a lo hablado un sentido musical. Cuando canta, lo hace con voz clara, magnífica dicción buen ritmo y honda expresividad"

"En un mínimo espacio, su talento de actor le hace interpretar a dos personajes al mismo tiempo (en un fragmento de La fierecilla domada) con la misma versatilidad y altura actoral con que creó el entrañable personaje de Como agua para chocolate.

"El laudista Antonio Corona, conocedor de estos asuntos, no desmerece en lo que le compete y contribuye positivamente al desarrollo del espectáculo con una mezcla de discreción y eficiencia que mucho se agradece…"

"¿Por qué juzgo importante este concierto? Por varias razones: Primero, porque nos saca de la rutina, de las programaciones burocráticas, de la redundancia. Segundo, porque es un trabajo que destila exquisitez, refinamiento y sensibilidad."

Maestro Aurelio Tello
Revista Tiempo Libreb
Crítico y musicólogo
Director del Coro Capilla Virreinal de la Nueva España

En Música en la obra y el tiempo de Shakespeare Mario Iván Martínez actor, cantante y cuenta-cuentos canta canciones isabelinas deliciosas con las que seguramente Shakespeare hacía más atractiva su obra. El actor mexicano estudió en Inglaterra la obra del bardo y conoce el mundo isabelino a las mil maravillas. Gracias a que tiene una buena voz puede alcanzar notas que nadie más puede hacerlo…"

"Una magnífica interpretación, con el tono, pronunciación y voz correctas."

"Retribuye a la música su sentido teatral, tal como lo pretendía Shakespeare. Muy bien vale la pena disfrutarlo."

Martín Casillas de Alba
Publicado en El Financiero, viernes 19 de diciembre, 2003.

"Asistí en La Capilla del Helénico a Música en la obra y el tiempo de Shakespeare; admirable tour de force que Mario Iván Martínez viene haciendo desde hace casi una década acompañado por el laudista Antonio Corona."

Lázaro Azar

PERIÓDICO REFORMA

29 de julio de 2011